Suchitoto y alrededores: cascadas, reservas y añil
Las montañas del departamento de Cuscatlán fueron una tierra temida durante la Guerra Civil de El Salvador. Hoy, con atractivos turísticos y promesas de paz, el pueblo colonial de Suchitoto sirve como base para explorar la cascada Los Tercios, comer de lo lindo en Casa 1800 y ver de cerca el proceso de producción de añil en Hacienda Los Nacimientos.
Los itinerarios y guías de viaje más populares de El Salvador olvidan a Suchitoto. Los libros de historia, en cambio, no pueden darse ese lujo. Este municipio, en la región de los pueblos vivos, sabe más por viejo que por diablo. Suchitoto resguarda las ruinas de un asentamiento colonial del siglo XVI, los recuerdos de localidades bajo el agua y las cuevas que dieron asilo a los guerrilleros durante el conflicto armado del siglo pasado.
A casi treinta años del fin de la guerra civil, estas tierras otrora temidas han cambiado las armas por galerías de arte, comunidades al rescate de técnicas tradicionales y parques ecológicos comunitarios. Una vuelta por este rincón serrano del departamento de Cuscatlán basta para comprobar que los atractivos turísticos de El Salvador no empiezan ni terminan con las playas de la Carretera del litoral.
El municipio de Suchitoto presume tanto pueblos que no han olvidado su esencia como tesoros naturales apenas explorados. A cambio de rentar un coche y recorrer algunas de la carreteras menos transitadas del territorio guanaco, este destino 50 kilómetros al noreste de San Salvador recompensa a las visitas con pupusas caseras, bosques tropicales y haciendas productoras de añil.
El pueblo colonial:
Atractivos de Suchitoto
Suchitoto es el nombre que recibe tanto el municipio más grande de Cuscatlán como su cabecera. Pese a las calles empedradas, las fachadas coloridas y el parque central, no se trata del pueblo colonial más pintoresco del continente. Lugares como La Antigua (Guatemala) y San Cristóbal de las Casas (México) presumen escenarios más vibrantes y desarrollados. Y por lo mismo, también más turísticos y caricaturizados.
Suchi, como dicen los lugareños, no es el sitio donde uno de cada dos locales esconde una tienda de autor ni un café de avanzada. En lugar de aspirar a una perfección casi ficticia, este pueblo celebra su identidad y su historia con las marañas del cableado público, los puestos callejeros que reciclan lonas de elecciones pasadas y una colección de casonas antiguas transformadas en hoteles independientes.
A dos cuadras del parque central, el hotel Los Almendros de San Lorenzo consiente a sus huéspedes con piscina al aire libre, doce habitaciones con estilo rústico y una colección de arte que incluye varios retratos del perro familiar. Un poco más lejos, el café de Casa 1800 engorda a las visitas con platos típicos salvadoreños. El buffet de desayunos incluye tamales de elote, horchata de maní, pupusas de arroz o de maíz y vistas envidiables del lago Suchitlán.
Ecoturismo y naturaleza:
Cascada Los Tercios & lago Suchitlán
A la historia de Suchitoto se suma una geografía accidentada experta en esconder tesoros naturales. Si bien el municipio no presume playas bañadas de sol, la carencia costeña se compensa con colinas dramáticas, cascadas caprichosas y lagos tapizados de aves. Algunos de estos atractivos se encuentran a distancia caminable del pueblo y no se fijan mucho en el calendario, otros están más lejos y solo se lucen en temporadas específicas.
El lago Suchitlán, también conocido como embalse Cerrón Grande, es resultado de una presa construida en la década de 1970. Ubicado a dos kilómetros del parque central de Suchitoto, el puerto turístico San Juan sirve como base para explorar este lago, uno de los más grandes de El Salvador. ¿En busca de tours comunitarios? La cooperativa Suxhilt Totol ofrece recorridos guiados para ver algunas de las islas y de los pájaros más emblemáticos del lago Suchitlán.
En tierra firme la naturaleza también es bondadosa. A dos kilómetros del pueblo, una desviación carretera anuncia la presencia de una salto. La cascada Los Tercios solo se cubre de agua durante los meses invernales, pero en temporada seca también llama la atención. A cambio de esquivar obstáculos húmedos, Los Tercios impresiona no tanto por su altura de 10 metros, sino por su pared vertical de misteriosas columnas de piedra.
Reserva comunitaria:
Parque ecológico Bosque de Cinquera
No muy lejos de Suchitoto, una región que apenas figura en los planes viajeros esconde un parque ecológico con una historia ejemplar. Luego de la guerra civil salvadoreña la repoblación del departamento de Cabañas, especialmente azotado por el conflicto, fue un reto social y económico. Con ánimo de cambiar armas por árboles, la localidad de Cinquera apostó por un futuro tan esperanzador como verde.
En lugar de arrasar con el bosque, la comunidad estableció una reserva que hoy abarca cerca de cinco mil hectáreas. Con miradores panorámicos, pozas naturales de agua cristalina y la presencia de más de 170 especies de aves, el parque ecológico Bosque de Cinquera es no solo un atractivo turístico, sino también aun ejemplo de conservación en el departamento vecino de Cabañas.
Un viaje en carretera de aproximadamente media hora basta para cambiar los empedrados de Suchitoto por el verdor del bosque de Cinquera. Eso sí, para recorrer el parque conviene llevar agua, bloqueador y sombrero de sobra. El trópico, además de ser dadivoso, es húmedo y caliente. Y todavía nadie ha podido explicar cómo es posible que El Salvador, siendo tan devoto, tenga un calor tan del demonio.
Hacienda Los Nacimientos:
Producción de añil
La idea de un mundo azul conduce a unos cuantos a la ribera del río Acelhuate, específicamente a una zona agrícola donde se encuentran los departamentos de Cuscatlán y San Salvador. A juzgar por el ingenio monumental a pie de carretera, en esta región 18 kilómetros al noroeste de Suchitoto solo tiene cabida la caña azucarera. Es una hacienda discreta, que opta por un cultivo más colorido, la que rompe todas las reglas.
Durante siglos, Centroamérica vivió un auge económico gracias a la producción de añil. El mundo quería pintarse de azul y El Salvador asumió el reto. Los campos guanacos se convirtieron en un productor sustancial de tinte hasta que, a finales del siglo XIX, el índigo sintético marcó el fin de una era. El añil quedó prácticamente en el olvido y no fue sino hasta el fin de la guerra civil que resurgió como actividad económica.
Al mando de Rhina Rehmann, Hacienda Los Nacimientos apostó por un modelo que en su momento muchos tacharon de iluso. Con la idea de rescatar la producción artesanal de tinte y dar trabajo a antiguos guerrilleros, este proyecto se convirtió en un pilar de la agricultura sostenible de El Salvador. Hoy, a más de veinte años de su fundación, la hacienda presume procesos naturales, tejidos con diseño artesanal y uno de los añiles orgánicos más valiosos del mercado.
Tips de viaje:
El aeropuerto internacional de San Salvador tiene vuelos directos desde varias ciudades de Canadá, Centroamérica, Estados Unidos, México y Sudamérica.
Suchitoto se encuentra a 50 kilómetros de San Salvador y 71 kilómetros de su aeropuerto. Sin ganas de salir del pueblo se pueden considerar opciones de traslado como transporte público o servicio de shuttle.
Para explorar los atractivos naturales de los departamentos de Cuscatlán y Cabañas es conveniente (casi necesario) rentar coche. Si me preguntan a mí, con base en la experiencia, eviten a toda costa la compañía Alamo en El Salvador.
El Salvador tiene clima tropical con mínimas de 23 °C y máximas de 32 °C prácticamente todo el año. El verano extendido, entre mayo y octubre, suele coincidir con la temporada de lluvias.
Además de producir añil orgánico, la Hacienda Los Nacimientos ofrece tours de observación de aves y agroecoturismo.
Curiosidades:
El diseño del último billete de un colón salvadoreño tenía en el reverso la presa del embalse Cerrón Grande. Desde 2001 El Salvador está dolarizado.
El lago natural más extenso de El Salvador, lago de Ilopango, tiene una superficie de 72 kilómetros cuadrados. El embalse Cerrón Grande casi duplica la extensión con 135 kilómetros cuadrados.
En México las quesadillas son tortillas rellenas de queso y guisos salados. En El Salvador, en cambio, las quesadillas son un pan dulce que se prepara con queso.
¿Sabías que a los salvadoreños se les conoce como guanacos? ¿Y a los guatemaltecos como chapines? ¿Y a los costarricenses como ticos? Gajes de los coloquiales y no tan coloquiales gentilicios en español.
PIES DE FOTO
1. Iglesia de Santa Lucía en el centro de Suchitoto.
2. El embalse Cerrón Grande está catalogado como Sitio Ramsar (humedal de importancia internacional).
3. Los autobuses escolares que desecha Estados Unidos sirven como transporte público en El Salvador.
4. Garza blanca (Ardea alba) en el lago Suchitlán.
5. Quesadillas salvadoreñas en el restaurante Casa 1800 de Suchitoto.
6. Ameiva arcoíris o lagartija metálica (Holcosus undulatus) en el Bosque de Cinquera.
7. Vista desde el mirador panorámico del parque ecológico Bosque de Cinquera.
8. Proyecto agronómico y ecoturístico Hacienda Los Nacimientos.
9. Textiles artesanales teñidos con añil en Los Nacimientos.
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Publicado el 9 de diciembre de 2021 por Marck Gutt | Don Viajes.
Última actualización: 9 de diciembre de 2021.
Versión editada de una historia publicada en la revista V de Volaris, septiembre 2019.
El contenido de esta publicación es resultado de un viaje realizado con el apoyo de Los Almendros de San Lorenzo.
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