Escocia en tren: las Tierras Altas en el Royal Scotsman
Dos días a bordo del tren más elegante de Escocia bastan para cambiar castillos en Edimburgo por verdor en las Tierras Altas. Con partes iguales de whisky y de elegancia, los vagones señoriales del Royal Scotsman sirven para descubrir los kilts, las destilerías y los parques nacionales del norte de Escocia.
La esencia escocesa se vive en sus Tierras Altas, la región habitada por el monstruo del lago Ness y las vacas de pelo rebelde. No hay medio como el tren para recorrer el norte de Escocia y descubrir sus caminos menos transitados. Y en la misma línea, no hay vagones como los del Royal Scotsman para hacer el viaje con elegancia de sobra.
Con 20 camarotes y capacidad máxima para 36 pasajeros, el Royal Scotsman visita las Tierras Altas de Escocia con itinerarios de dos a siete noches. Los recorridos, disponibles entre abril y octubre, salen desde Edimburgo y prometen música en vivo, cocina de lujo y nostalgia ferroviaria.
Conservadas por la Scottish Railway Preservation Society, las vías antiguas son el escenario ideal para vestir falda sin distinción de género y brindar con whisky de malta única. Con un “haste ye back”, la despedida tradicional escocesa, el Royal Scotsman anuncia su partida con dirección a las Tierras Altas.
Royal Scotsman:
El norte de Escocia en tren
El viaje comienza en el corazón de Edimburgo, donde el centro se divide en el barrio nuevo y el barrio antiguo. La recepción del prestigiado The Balmoral sirve como punto de encuentro. Si este fuera un viaje cualquiera la cita sería en la estación Waverley, pero no lo es. El Royal Scotsman presume de ser el tren más sofisticado en el norte de la isla de Gran Bretaña. Y como tal, no desaprovecha oportunidad para lucir su elegancia.
El personal del Royal Scotsman se hace cargo del equipaje mientras tomamos té y galletas en el hotel emblemático de la capital escocesa. Minutos más tarde aparece John, nuestro anfitrión. “No todo es perfecto en este tren”, dice con su humor típicamente inglés para justificar su nacionalidad. Con la presentación, John explica el proceso de abordaje y nos asegura que podemos estar tranquilos. “Por suerte”, continúa, “el resto del equipo es escocés”.
En punto, el Royal Scotsman llega a la estación en compañía de un concierto de gaita. Es la entrada triunfal del rey de los trenes escoceses. Tan pronto abordamos es momento de decir adiós a la ciudad de los callejones enredados y la literatura de detectives. Del otro lado de Forth Bridge, un puente victoriano de finales del siglo XIX, el antiguo reino de Fife nos espera con pastizales verdes, destilerías centenarias y vacas de las Tierras Altas de Escocia.
Boat of Garten:
Viejas vías de tren
En dirección al norte cada vez son más comunes las ovejas que las casas. Nos adentramos en Cairngorms, el parque nacional más extenso de Escocia. Con el atardecer llega también la lluvia, insignia de las Tierras Altas. Aprovechamos para recorrer los vagones comedor y conocer la cocina del tren. Según dicen, el arma secreta y lujo distintivo del Royal Scotsman.
La cena se sirve cuando estamos próximos a Boat of Garten, la estación donde pasaremos la noche para dormir tranquilamente. El pueblo es muy pequeño y tiene menos de mil habitantes, aunque eso no dice mucho. La cocina del Royal Scotsman también es diminuta y eso no le impide preparar paupiette de salmón escocés ahumado, halibut horneado con fondant de papa y risotto de chícharo, calabaza y brócoli con reducción de balsámico.
Con el postre, una tarta de cítricos caramelizados con reducción de naranja, llegamos a Boat of Garten. Olvidada por el plan de modernización de la red de trenes nacionales, la estación es una suerte de museo de sitio. En compañía de locomotoras viejas y vagones retirados, la noche cobra vida. Para el Royal Scotsman, el abandono se cura con una cata de whisky y las melodías acústicas de Colin e Iain.
Escocia verde:
Parque nacional Cairngorms y Culloden
Amanecemos con la mesa puesta. El desayuno incluye scones, queso artesanal, huevos, tortitas de papa y haggis, el encurtido tradicional escocés preparado con vísceras, harina y especias. Llenos, quizás de más, empezamos el recorrido del día. Mientras el tren se dirige a Aviemore, un autobús nos acerca al corazón del parque nacional Cairngorms. Ahí, los guías de la estancia Rothiemurchus nos esperan para pescar con anzuelo, practicar tiro con rifle o recorrer el bosque en todoterreno.
En paz con los animales y en paz con el pacifismo, me subo a una de las camionetas con la idea de recorrer la estancia. Un par de horas no son suficientes para peinar las siete mil hectáreas de Rothiemurchus, pero bastan para ver cientos, si no miles de abedules, enebros y pinos escoceses. El tiempo también alcanza para ver venados y visitar Loch an Eilein, un lago con una pequeña isla sobre la cual prevalecen las ruinas de un castillo del siglo XV.
Una taza de té sirve como pretexto para reunir al grupo y continuar el viaje en tren. 50 kilómetros al norte, en el sitio de la batalla de Culloden, un hombre vestido a la usanza de un guerrero del siglo XVIII nos espera. Ray Owens, historiador de profesión, nos invita a recorrer el lugar donde se enfrentaron los ejércitos jacobita y británico. Discreto, el pastizal de Culloden recuerda al centenar de infantes que murieron en la última batalla campal librada en el Reino Unido.
Whisky Strathisla:
Destilería histórica en las Tierras Altas
Estamos por dejar la estación de trenes de Inverness cuando un animal de cuernos grandes y pelos alborotados llama nuestra atención. Si la comida es el sello distintivo del Royal Scotsman, las vacas peludas lo son del paisaje de las Tierras Altas. Desinhibido, el vaquisonte mira la cámara. Cuando termina la sesión de fotos el tren parte hacia Keith, un pueblo 90 kilómetros en dirección al oeste.
Aunque el itinerario anuncia una visita a Keith, lo que buscamos es whisky. Fundada en 1786, Strathisla es la destilería en funcionamiento más antigua de las Tierras Altas escocesas. La fábrica, abierta al público, ofrece recorridos y degustaciones. Por supuesto, con gaita de fondo. A orillas del río Isla, la frontera natural entre las Tierras Altas y las Tierras Bajas de Escocia, la pequeña Strathisla produce más de dos millones de litros de whisky al año.
Con mucha información sobre whisky, tanto teórica como empírica, volvemos al tren. 180 kilómetros nos separan de Dundee, donde pasaremos la noche. Esta es la última oportunidad para apreciar, con luz de día y tentempiés, las escenas de la campiña escocesa. Con la puesta del sol llega la cena y una nueva dupla de músicos. En esta ocasión con un acordeón y un órgano. Al principio nadie se anima a bailar, pero es cuestión de tiempo.
Cerca de medianoche, los que quedamos despiertos continuamos el concierto fuera del tren. Unos descalzos, otros con kilts rentados por 200 libras. El andén de la estación de trenes de Dundee se ha convertido en una clase abierta de danza típica escocesa. Al menos por 15 minutos la señorialidad sacrifica sus buenas costumbres para regalarnos el momento más divertido a bordo del elegantísimo Royal Scotsman. Lo bailado, eso nadie nos lo quita.
Tips de viaje:
El aeropuerto de Edimburgo cuenta con vuelos directos a muchas ciudades europeas, incluidas Madrid y Barcelona. Desde América, Nueva York tiene vuelos a Edimburgo todo el año. Otras ciudades como Chicago, Filadelfia y Toronto ofrecen vuelos en temporada de verano.
Entre abril y octubre las temperaturas en Edimburgo e Inverness (capital de las Tierras Altas) son frescas. Las mínimas rondan entre 3 y 12 °C y las máximas entre 10 y 19 °C. En Escocia las lluvias son comunes todo el año.
Nira Caledonia es un hotel boutique ubicado en Stockbridge, un barrio histórico en el centro de Edimburgo. Miembro de Small Luxury Hotels, Nira Caledonia combina diseño inspirado en la época georgiana con habitaciones espaciosas, internet gratuito y una cocina orgullosa de los productos locales.
Curiosidades:
Los kilts son prendas tradicionales que visten los hombres de las Tierras Altas. Su origen, debatido, se remonta a un trozo largo de tela amarrado a la cintura. Lo de llamar falda escocesa al kilt no gusta mucho en el Reino Unido. Quizás por lo de falda, quizás porque también se utiliza en Irlanda.
En inglés, cuando menos en inglés de Escocia, el nombre de Edimburgo se pronuncia édimbra.
Existen el whiskey y el whisky. Las dos palabras son correctas y la ortografía tiene que ver con el origen del producto. En el Reino Unido, whisky es el de Escocia y whiskey el de Irlanda.
Escocia tiene su propia moneda: la libra escocesa. Aunque tiene un tipo de cambio fijo de uno a uno con la libra esterlina, no suele ser aceptada fuera de Escocia.
PIES DE FOTO
1. Camarote para dos en el Royal Scotsman.
2. Bosque de la estancia Rothiemurchus en el parque nacional Cairngorms.
3. Tarta de cítricos caramelizados de la cocina del Royal Scotsman.
4. John en el vagón con vistas panorámicas del Royal Scotsman.
5. Sitio histórico de la batalla de Culloden en las Tierras Altas.
6. Placa distintiva del Royal Scotsman en la locomotora del tren.
7. Vacas de las Tierras Altas. Vaquisontes, para los amigos.
8. Destiladora de whisky Strathisla a orillas del río Isla.
9. Autobús de dos pisos en el parque Holyrood de Edimburgo.
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Publicado el 16 de enero de 2021 por Marck Gutt | Don Viajes.
Última actualización: 16 de enero de 2021.
Versión editada de una historia publicada en la revista Bleu & Blanc, junio 2015.
El contenido de esta publicación es resultado de un viaje realizado con el apoyo de Belmond, Nira Caledonia y Small Luxury Hotels.
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