Turismo sostenible: decálogo del viajero responsable y sensato
¿Qué es el turismo sostenible? Viajar por gusto es un privilegio, hagámoslo con responsabilidad para impactar de forma positiva los lugares y las comunidades que visitamos. Esta guía incluye ejemplos que sirven para entender qué es y cómo funciona el turismo sostenible o turismo sustentable. Cualquier parecido con pactos bíblicos es mera coincidencia.
De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo (OMT), el turismo sostenible es aquel que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas.
1. Respetarás al otro:
Viajar sin romantizar la pobreza
Lo que parece exótico para unos es ordinario para otros. Hace falta vivir entre nieve y alces para extrañarse con perezosos y tamarindos. El ejemplo es de lo más burdo, pero se puede aterrizar en situaciones tan comunes como sensibles.
Cuando el acercamiento a lo desconocido parte de la curiosidad genuina, enriquece. Hasta perdona saltarse el segundo beso de un saludo italiano o comerse un taco con tenedor y cuchillo. Cuando el acercamiento parte de la exotización, menosprecia.
Si no visitamos la primaria de nuestro barrio y no nos sacamos fotos con los viejos de la cuadra de enfrente, no lo hagamos tampoco en lugares lejanos. Las culturas indígenas, las realidades vulnerables y las tragedias históricas no son atractivos turísticos.
En lugar de vivir los peligros de la favela por una noche o repartir chocolates mesiánicos en la Camboya rural, tratemos de entender otras formas de ver el mundo. Menos romantización de la pobreza y selfis con crías de llama, más involucramiento con proyectos de desarrollo comunitario.
2. Incluirás a todos:
El problema del modelo todo incluido
Los hoteles y los cruceros todo incluido ofrecen vacaciones en las que puedes olvidarte por completo de la organización de actividades, el arreglo de hospedaje, la selección de comida y, aquí empiezan los problemas, también de la gente.
El problema del modelo no está en la promesa de relajación, sino en la distribución de la riqueza generada. Si bien es cierto que estos hoteles y cruceros generan empleos, no siempre se trata de empleos con pagos justos.
Cuando gastamos en distintos establecimientos, más miembros de la comunidad se ven beneficiados con la derrama económica que deja el turismo. Lejos de democratizar cada dólar gastado, el modelo todo incluido lo acapara.
Salvo que se trate de lugares remotos, donde el todo incluido es la única opción, lo mejor es hacer el esfuerzo de apoyar proyectos comunitarios, promover el turismo sostenible e incluir a todos.
3. No harás animaladas:
Turismo responsable con animales
Nadar con delfines en cautiverio, montar elefantes en supuestas reservas y pagar por fotos con pájaros exóticos, no hace más que alimentar su captura y explotación.
Toda actividad recreativa con animales, cuando implica extraerlos de su entorno, es dañina. Y eso incluye zoológicos, caballerizas y acuarios disfrazados de santuarios educativos.
Es muy tentador, en especial para los que amamos a los animales, la posibilidad de convivir con ellos. La mejor, si no la única forma de hacerlo responsablemente, es en recorridos de observación a distancia.
Sin garantías, toda búsqueda implica un riesgo. A veces se corre sin suerte, pero cuando la naturaleza se luce, no hay espectáculo más impresionante que el impredecible. Lo siento, Elviras del mundo, pero el turismo sostenible no se entiende con besos ni abrazos animales.
4. Comprarás local y artesano:
Los beneficios del consumo crítico
Viajar a un lugar implica la posibilidad de probar productos y servicios artesanales. Mucho más emocionante que ver una marca global, es descubrir otra que lleva impregnada la esencia local.
Todos los días, helados de sabores desconocidos, centros turísticos comunitarios y jabones de hierbas endémicas, intentan hacerse notar sin la maquinaria de mercadeo corporativo. Si no eres capaz de distinguir Evian del agua de grifo, puedes pasar de la primera. Y salvo que sea estrictamente necesario, también puedes pasar de cualquier agua embotellada.
Desde el punto de vista ambiental, consumir productos locales a menudo contempla elegir opciones que viajan menos y tienen menor huella de carbono. Desde el punto de vista social, apoyar al pequeño comercio es fortalecer a toda la comunidad que participa en la cadena de abasto.
5. Huirás de las masas:
El impacto ambiental del turismo masivo
En corto: calidad sobre cantidad. En las ciudades, el turismo masivo eleva los costos de vivienda y desplaza comunidades vulnerables. En espacios naturales, el turismo en masas produce erosión y modifica el entorno. En aras de velar por la conservación del ambiente y las comunidades locales, el turismo sostenible opta por explorar otros destinos.
Confiemos en nuestros intereses más que en las tendencias. Y como diría Leono, veamos más allá de lo evidente. Si no te interesa el arte, pasa del Louvre; si no te gusta el calor, quita Iguazú de tu lista. El mundo es enorme, es la repetición de discursos la que nos lleva de vuelta a los mismos lugares.
Viajar en temporadas bajas, evitar los recorridos en masa y olvidarse de los supuestos imperdibles, son alternativas para librar el lado oscuro del turismo. Y sobre todo, sus filas.
6. Participarás del comercio justo:
Pagar a los productores por su trabajo
Una cantidad sustancial de lo que pagamos por productos y servicios se queda en manos de intermediarios. En la medida en que nos sea posible, paguemos directamente a los productores y establecimientos en los que consumimos. Este principio, como la mayoría, aplica en viajes y también en nuestros lugares de origen.
¡Ah, una cosa más! Si no pedimos descuentos en centros comerciales que venden maquila barata con etiquetas caras, no lo hagamos tampoco con las artesanías. Regatear el trabajo hecho a mano es ningunear a sus creadores.
7. Te moverás con prudencia:
Reducir huella de carbono personal
Recorrer cientos o miles de kilómetros por gusto no es una actividad sostenible. Eso sí, un viaje en avión contamina más que uno en tren y un coche para un solo pasajero es menos eficiente que un tranvía. Un pilar esencial del turismo sostenible es la reducción de huella de carbono.
No se trata de llegar a Australia nadando ni de meter cinco elefantes en un vochito antes de salir en carretera, se trata de tomar decisiones de movilidad responsables.
Elijamos rutas directas y modos de transporte amigables con el ambiente. Si consideramos actividades como viajes en globo o navegación en un lago, hagámoslo con compañías que utilizan energías renovables o implementan políticas compensatorias de huella de carbono.
8. No dejarás huella:
Minimizar impacto ambiental
Para poner en práctica los principios del turismo sustentable, mucho más importante que comprar recuerditos locales y artesanos, es no dejar recuerditos donde no hacen falta.
Utilizar productos de limpieza y bloqueador biodegradables, mantenerse en senderos marcados para evitar la erosión y dejar piedras y conchas en su lugar, son algunas de las acciones que nos tocan para minimizar impactos.
En condiciones favorables, restos vegetales pueden suponer la introducción de una especie invasora. Al alimentar fauna silvestre, nos exponemos al peligro de domesticación y enfermedades.
Incluso con buenas intenciones podemos causar efectos negativos. Si la huella que dejamos es negativa, es mejor no dejar nada. Que no quede huella que no y que no.
9. Seguirás las tres R:
Reducir, reutilizar y reciclar
Reduce, reutiliza y recicla. Sobre todo, en ese orden. Comprar un termo de plástico rellenable por cada salida al bosque y una bolsita de tela por cada ida a la tienda es como hacer un letrero en piel de cocodrilo para manifestarse contra el maltrato animal.
Reducir el consumo de recursos y de productos innecesarios es indispensable en términos serios de conservación. No es cuestión de privarse de todo, pero sí de ser más críticos con nuestros antojos.
Nada de plásticos de un solo uso, de productos con envolturas de más ni de televisiones prendidas todo el día para que nos reciban al entrar a un cuarto de hotel.
No todo el mundo recicla, dejemos el desechar como última opción. Seamos conscientes de la capacidad y de los programas de reciclaje de los lugares que visitamos. Y mejor todavía, reutilicemos.
10. Tendrás fe en la espontaneidad:
Explorar nuevas rutas y expandir horizontes
En alguna medida, viajar implica salir de una zona de confort. Eso no significa necesariamente incomodidad, sino disposición a perder algo de control y dejar que la espontaneidad haga lo suyo.
La añorada autenticidad no se anuncia en folletitos ni se consigue con la ayuda de un concierge. La única forma de huir de las trampas turísticas es dejar que el azar nos sorprenda.
Los caminos menos transitados y las conexiones que trascienden se revelan como accidentes afortunados. Más seguido que no, las experiencias memorables de un viaje son el resultado de un plan descarrilado.
EJEMPLOS DE ACCIONES Y ACTIVIDADES DEL TURISMO SOSTENIBLE:
No nadar con delfines en cautiverio, no montar elefantes y no pagar por fotos con animales.
Comprar productos directamente de los vendedores.
No participar en actividades que romantizan y exotizan la pobreza y las realidades indígenas.
Utilizar los medios de transporte que menos contaminan.
No regatear el trabajo de artesanos.
Evitar el modelo todo incluido para democratizar la derrama económica.
Apoyar proyectos que conservan más recursos naturales de los que consumen.
Turismo sostenible en práctica:
¿Cómo ser un viajero responsable?
La práctica de estos principios busca hacer del viaje un ejercicio de conservación ambiental, desarrollo comunitario e intercambio cultural respetuoso. El compromiso es personal, las repercusiones son colectivas.
¿Ya te montaste en un crucero y en un camello beduino? No pasa nada, yo también. Más que un juicio absoluto, este decálogo para fomentar el turismo sostenible es una guía de mejores prácticas y un proceso constante de aprendizaje.
De vez en cuando todos nos permitimos placeres culposos. Yo reconozco públicamente que tengo una vieja e infantil obsesión con los parques temáticos de un ratón que habla. Amor prohibido, murmuran por las calles.
Aunque etimológicamente se trata de palabras con significados distintos, en español se utilizan como sinónimos los términos turismo sostenible y turismo sustentable.
En general, sustentable se utiliza con mayor frecuencia en América y sostenible en España.
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Publicado el 17 de junio de 2020 por Marck Gutt | Don Viajes.
Última actualización: 25 de julio de 2022.